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Informes

Cuando se habla de la ciberdelincuencia y los niños, suele ser en el contexto de proteger a los más pequeños de los peligros online. Por ejemplo, asegurarse de que sus dispositivos cuenten con un software de control parental adecuado, de modo que no puedan acceder a contenido peligroso o inapropiado. O comprobar que tengan instalado un antimalware y que la privacidad esté configurada correctamente. ¿Pero qué pasa cuando el niño es el que resulta ser el “malo”? Esta situación se presenta de una forma más común de lo que se cree, entre otras cosas porque, a una edad temprana muchos niños aún no se dan cuenta de que sus actividades de “sombrero negro” son ilegales (en comparación con las de “sombrero blanco”, también conocidas como “hacking ético. Los hackers de edad escolar son cada vez más

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¿Cuáles son las señales de alarma?

Es importante mantenerse alertas ante cualquier cambio en el comportamiento. Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Michigan (MSU) puso de manifiesto algunos de los rasgos clave asociados a la ciberdelincuencia juvenil. Entre ellos se destacan:

• Bajo autocontrol.

• Relacionarse con pares; es decir, conocer a otros menores que también hackean.

• Tiempo dedicado a ver la televisión o a jugar con la computadora.

• Oportunidad; es decir, tener su propia computadora en una habitación privada, con una mínima supervisión de los padres.

• Acceso a un teléfono móvil desde una edad temprana.

• Participación en la piratería digital.

Contar con un software de control parental en los dispositivos de los más pequeños ayuda a detectar las primeras señales de advertencia del hacking juvenil, como los intentos de acceder a sitios específicos de ciberdelincuencia, foros de hacking y otras zonas turbias de Internet. Pero si se alcanzó un nivel elevado de conocimientos tecnológicos, es probable que puedan ser capaces de ocultar cualquier actividad de este tipo

Se recomienda que si se detecta un comportamiento de este tipo se busque una alternativa positiva para sus habilidades. Hay programas de ciberseguridad para estudiantes en edad escolar con el fin de poner a prueba, perfeccionar y desarrollar sus habilidades. También hay concursos de hacking en los que todos los participantes pueden poner a prueba sus habilidades frente a los mejores del mundo, con la posibilidad de mostrar su talento. Pero lo más importante es mantener las líneas de comunicación abiertas, interesarse por los pasatiempos de los más pequeños.

En caso de tener una preocupación sobre su comportamiento se recomienda recordarles cuáles son los riesgos y alentarlos a buscar oportunidades más positivas para sus intereses.

En este sentido, Javier Lombardi, Mentor Educativo de Argentina Cibersegura, Asociación Civil que busca concientizar a la comunidad para crear un espacio digital más seguro, comenta: “Como adultos debemos ser conscientes de que nuestras reacciones, palabras y formas van modelando la de los niñas, niños y adolescentes. Nuestra intervención es necesaria, cada vez que veamos, escuchemos o tomemos contacto con una situación o una acción inapropiada, o que se esté realizando un desbalance en nuestra comunicación. De esta manera, estaremos gestionando el sistema de atención que luego veremos aprendido por niños, niñas y adolescentes, sirviendo así de STOP para cualquier comportamiento desajustado y que pueda generar un mal a otra persona, o a ellos mismos”.


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