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Un sensor incorporado en los smartphones conocido como acelerómetro podría captar las palabras del interlocutor que se reproducen a través del altavoz.

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Características del acelerómetro

Un acelerómetro es un sensor especial para medir la aceleración que, junto con otro sensor, un giroscopio, ayuda a detectar cambios en la posición del teléfono en el que reside. Los acelerómetros llevan integrándose en todos los smartphones durante más de una década. Entre otras cosas, giran la imagen en la pantalla cuando tumbas el teléfono. A veces se utilizan en juegos o, por ejemplo, en aplicaciones de realidad aumentada, cuando la imagen de la cámara del teléfono se superpone con otros elementos virtuales. El acelerómetro también detecta otras acciones como los contadores de pasos que rastreando las vibraciones del teléfono mientras el usuario camina o cuando le das la vuelta al teléfono para silenciar una llamada entrante o tocas la pantalla para activar el dispositivo.

¿Cómo puede este sensor estándar, pero “invisible”, espiar tus conversaciones? Cuando la otra persona habla, su voz se reproduce a través del altavoz incorporado, lo que hace que vibre, junto con el resto del smartphone. Resulta que el acelerómetro es lo suficientemente sensible como para detectar estas vibraciones. Aunque los investigadores están al tanto desde hace algún tiempo, el tamaño tan reducido de estas vibraciones descartó la posibilidad de las escuchas telefónicas. Pero en los últimos años, la situación ha mejorado empeorado: ahora los smartphones cuentan con altavoces más potentes. ¿Por qué? Para mejorar el volumen y la calidad del sonido cuando reproduces un vídeo, por ejemplo, además de la calidad de sonido durante las llamadas telefónicas, ya que usan el mismo altavoz.

El espionaje

Para los investigadores de métodos de escuchas telefónicas, esto resulta demasiado familiar. Los autores del nuevo artículo hacen referencia a una serie de predecesores que han demostrado cómo obtener datos de voz utilizando los objetos aparentemente más improbables. Por ejemplo, esta técnica real de espionaje: desde un edificio cercano, los atacantes dirigen un rayo láser invisible hacia la ventana de la habitación donde se lleva a cabo la conversación que quieren espiar. Las ondas de sonido de las voces hacen que el cristal de la ventana emita una vibración muy leve que se puede rastrear en el rayo láser reflejado, emitiendo unos datos que permiten restaurar el contenido de una conversación privada.

Por otro lado, en el 2020, unos científicos israelíes demostraron cómo se puede reconstruir una conversación a partir de las vibraciones de una bombilla normal y corriente. Las ondas sonoras provocan pequeños cambios en su brillo, que pueden detectarse a una distancia de hasta 25 metros. La escucha ilegal con acelerómetros es muy similar a estos trucos de espionaje, pero con una diferencia importante: el “bug” ya está integrado en el dispositivo que se va a interceptar.

Pero ¿hasta qué punto se puede recuperar el contenido de una conversación a partir de los datos del acelerómetro? Aunque el nuevo documento mejora significativamente la calidad de las escuchas telefónicas, este método aún no puede considerarse de confianza. En el 92 % de los casos, los datos del acelerómetro permitieron distinguir una voz de otra y en el 99 % de los casos, determinar correctamente el género. En cuanto a la conversación, se ha reconocido con una precisión del 56 %: la mitad de las palabras no se pudieron reconstruir. Y el conjunto de datos utilizado en la prueba fue extremadamente limitado: solo tres personas diciendo un número varias veces seguidas.

Lo que el artículo no tuvo en cuenta fue la capacidad de analizar el discurso del usuario del smartphone. Si solo escuchamos el sonido del altavoz, en el mejor de los casos solo obtenemos la mitad de la conversación. Cuando presionamos el teléfono contra nuestro oído, el acelerómetro también debería sentir las vibraciones de nuestra locución, pero la calidad seguramente será mucho peor que las vibraciones del altavoz. Por tanto, esto debería estudiarse con más detalle en una nueva investigación.

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